En el Día de Reyes, Ban Breathnach nos trae el regalo de darnos cuenta que poseemos todo lo que necesitamos para ser felices. No hay que esperar a cambiar de trabajo, bajar esos kilos que nos molestan, que los chicos crezcan, que el perro deje de destrozar mis canteros (OK, esto último seguro me haría mas feliz), ganar más plata, etc etc etc
Somos creadores de nuestra realidad, me enseño mi maestra Flavia. Si mis pensamientos estan llenos de "no soy feliz"... pues no lo seré. Hacer el inventario de lo que ya tengo, en lugar de lo que me falta, ayuda a concentrarnos en lo que nos hace felices. Elegir la abundancia, por sobre la escasez.
Tener todo un río a nuestra disposición no quiere decir que no nos podamos morir de sed. El río no nos obliga a beber de sus aguas, de la misma forma que nuestra alma no nos obliga a tomnar aquellas decisiones que saciarían nuestro bienestar físico, emocional, social.
"Saciemos hoy nuestra sed de "la buena vida" que creemos llevan los demás, tomando conciencia de lo bueno que ya hay en nuestras propias vidas"... Hoy agradezco la companía fiel de mi destrozador de canteros, echado a mis pies, seguro soñando con esas plantas que me habían llevado un año cuidar, y a él minutos (felicísimos a juzgar por el lío que armó) deshacer... Pero no lo cambiaría por el perro entrenado de ningún vecino.
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