"No hay ningún deber que más infravaloremos como el deber de ser felices"
Robert Louis Stevenson
La búsqueda de la felicidad se nos debe convertir en hábito. Para esto, hay que lograr limpiar nuestra mente de todas aquellas creencias con las que crecimos, que nos enseñaron que solo los egocéntricos egoístas andan por la vida procurandose su propia felicidad.
"Las semillas mágicas de la dicha están plantadas en lo más hondo de nuestro ser. La felicidad que el mundo no puede quitarnos sólo florece en el; jardín secreto de nuestras almas. Si cuidamos nuestro jardín interior y arrancamos de raíz las malas hierbas de las expectativas externas, estaremos alimentando nuestra auténtica felicidad de la misma forma que alimentaríamos algo que es bello y esta vivo. La felicidad es una emoción vital" (Ban Breathnach).
El "Jardín Secreto" es uno de mis libros preferidos. Al final de esta mágica historia, Mary Lennox, una huérfana recién llegada a Inglaterra desde la India, su primo enfermo y su tío viudo recuperan la felicidad, gracias a la tenacidad de los niños en recuperar un jardín secreto, que había pertenecido a la madre (y tía) fallecida. Hace unos años salió la película de la "clasica historia de un lugar donde crecen la magia, el amor y la esperanza".
Solo yo tengo la llave que puede abrir el portón de hierro hacia el jardín secreto de mi alma. Es momento de "arrancar de raíz las malas hierbas de las expectativas externas". Es momento de preparar la tierra, abonandola con aquellos pequeños placeres que me hacen feliz. Plantar nuestros sueños, y regarlos cada día con nuestros pensamientos y acciones... A su debido tiempo, nuestro jardín secreto se colmará de todo aquello que anhela nuestra alma. Nuestra vida estará colmada de nuestros proyectos, aquellos que hoy todavía nos parecen lejanos.
Los budhistas dicen que la infelicidad esta en nuestra mente. Sembremos entonces pensamientos positivos, rodeemonos todo lo que nos sea posible de experiencias y relaciones que nos hacen bien, descartemos de nuestra vida necesidades que no sean tales. Podemos nuestros pensamientos, como se poda una planta para que brote más fuerte. Y si es necesario, coloquemos un tutor para guiar nuestra mente hacia nuestros proyectos. Vale la pena ser feliz.
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