"Este libro, contiene 366 ensayos para cada día del año... adopta sus gentiles lecciones, animate a vivir su verdad apasionada, y comparte este regalo extraordinario con cada persona que encuentres: tu Ser Autentico es tu alma hecha visible". Mi propuesta es sencilla, compartir los ensayos de "El Encanto de la Vida Simple" de Sarah Ban Breathnach, junto con mis propias reflexiones. A quienes quieran compartir mi viaje, bienvenidos! Simple Abundancia...

sábado, 17 de diciembre de 2011

Estrellas en nuestra alma




"Tal vez uno de estos días pueda regalarme a mí misma una estrella dorada por ser normal,


y tal vez uno de estos días me regale un aestrella por ser extraordinaria... por persistir.


Y tal vez un día no necesite tener ninguna estrella"


Sue Bender



Quien no se acuerda del anhelo que provocaban las extrellas doradas en manos de las maestras? Esa certeza visible a quien quisiera verla, que eramos "buenas", "excelentes!!!!", "increíbles!", que marcaban un "buen trabajo!"... marcaban nuestro valor. Ante nuestros ojos, los de nuestras compañeras, nuestros padres, nuestros hermanos, y ante la Directora que mirara nuestro cuaderno...



Muchas estrellas doradas hablaban de nuestra habilidad. Habilidades académicas. Habilidades de conducta. Proezas. Destrezas. Certezas... Estrellas en un cuadro podían significarnos regalos, premios, asegurarnos pertenecer y ser amadas...



Realmente nos damos cuenta lo condicionada que es esta forma de amar? Te doy la estrella si haces... si te portas... si ordenas... si cumplis... si te portas bien (si, esta se repite, o no se repite tantas veces en nuestra forma de ser hijas, y ahora, de sera madres?)... si cumplis con las expectativas del afuera...



Brillantes... doradas... codiciadas... envidiadas en la carpeta de la compañera... otorgadas ya de grande, en los cuadros con los que comence mi carrera de ser mamá, copiando métodos heredados, o de moda, o recomendados por "especialistas"... hasta que crecí. Y me di cuenta q la estrella dorada es sólo otra moneda de cambio. Es comprarnos una certeza que no existe.



Nuestras Vidas son un proceso. Y en ese proceso, los aciertos tienen tanto valor, como los fracasos. Es más, muchas veces, los fracasos, las crisis, son los verdaderos éxitos. Esas oportunidades de inmenso crecimiento. Si sabemos frenar la marcha y volver sobre ese problema no resuelto. A cualquier edad. Puede ser esa suma que dio errada. Las reglas ortográficas no aprendidas. Ese idioma que tanto nos costó; pero que hoy transmitimos a nuestros hijos en la convicción que les abre puertas al mundo...



Es verdad que nuestra generación, que en su gran mayoría fue criada en este amor condicionado, tiene el desafío de aprender otra forma de amar, y de amarnos... incondicionalmente. Solo por existir. Y cuando ese amor anida en nuestros corazones, es que nos convertimos en Madres. Mujeres. Adultas. Ya no le regalamos nuestro poder a "expertos" sino que buscamos opiniones, que no valen más ni menos que las nuestras...ya no buscamos estrellas que moneticen nuestras relaciones. El valor de cada experiencia esta en vivirlas. Y después, en reflexionar sobre qué nos dejó. Honrar ese crecimiento. Y seguir adelante.



Dejemos las estrellas doradas donde corresponden... en la punta del árbol de Navidad. O mejor aún, en el Cielo...desde donde nos acompañan cada noche, cuidando nuestro sueño y segurandonos que mañana... será otro día para crecer, aprender, errar y acertar...



lunes, 12 de diciembre de 2011

Los doce días de la Navidad








Este fin de semana, quede aturdida con la ofertas para Navidad. Hojas y hojas dedicadas a convencerme de comprar este juguete, aquellos zapatos, esta mochila, aquel jueguito electrónico... y así hasta el infinito. Mientras, disfrutamos de un fin de semana largo, en familia. En otro momento, hubiera mirado atentamente las publicidades, igual de segura que mis hijos, que la plata haría nuestra felicidad... hasta que el auto a control remoto no anduviera, que el muñequito hecho en China ya no disparara "lasers", y los juguetes se amontonaran en el cajon de juguetes.



Ya no...


Pero todavía siento la necesidad de algo más. Además de la quietud, busco conexión. Busco estar presente, en estos cierres de ciclos de mi familia. El mayor que terminó su Primaria. El segundo terminó Tercer Grado, cerro asi su Primer Ciclo de Primaria. Nuestro tercer hijo esta terminando su Primer Grado, y se prepara para festejar anticipadamente su cumpleaños. Y nuestro menor ya termina Kinder 3... Y cada etapa que termina, abre paso a una nueva... y eso conlleva dolor. El dolor de dejar atrás parte de nuestra identidad. Hasta hace muy poco, yo me definía como una Mamá en Casa, con Hijos Pequeños. Mi actividad muy unida a la de ellos, horarios conjugados al extremo.



A principio de este año, mi hijo menor empezó su jardín de infantes, y eso me regalaba tardes "libres", sin culpa... Pero tambien, trajo una casa sin ruido por unas horas. Ya no hay bebes durmiendo siestas, que también me obligaba a parar mi propia marcha. Ya no hay mamaderas, ni pañales...Las noches de poco sueño, ya no son porque alguien llora, sino porque estoy con la cabeza ocupada con mi trabajo.


Con esta certeza que el tiempo pasa, es que decido frenar casi totalmente mi marcha. Elijo quedarme con mis hijos, volver por un ratito a ser esa Mama no ocupada. Regalarme esquivar las compras freneticas, y empezar a disfrutar de la Navidad. Mire detenidamente nuestro calendario, y saque actividades que no me iban a dejar un saldo favorable en nuestra cuenta Familiar. Hoy empiezan los Doce días antes de la Navidad...y elijo regalarles lo que Sarah tiene razón, anhelo regalarles a mis seres queridos:




En el primer día de las Navidades regalé a mis seres queridos:

toda mi atención.


En el segundo día de las Navidades regalé a mis seres queridos:

entusiasmo.

En el tercer día de las Navidades regalé a mis seres queridos:

energía creativa.


En el cuarto día de las Navidades regalé a mis seres queridos:

pequeños placeres cotidianos.

En el quinto día de las Navidades regalé a mis seres queridos:

ternura.

En el sexto día de las Navidades regalé a mis seres queridos:

alegría.

En el séptimo día de las Navidades regalé a mis seres queridos:

belleza.

En el octavo día de las Navidades regalé a mis seres queridos:

comunicación.

En el noveno día de las navidades regalé a mis seres queridos:

sopresa.

En el décimo día de las Navidades regalé a mis seres queridos:

maravilla.

En el undécimo día de las navidades regalé a mis seres queridos:

un entorno pacífico.

En el duodécimo día de las Navidades regalé a mis seres queridos:

gozo.


Si les damos a nuestros seres queridos los regalos de una vida simple, recibiremos a su vez regalos que no olvidaremos: sonrisas felices y corazones contentos... y no vamos a querer cambiarlos, por nada en el Mundo. Felices 12 días antes de la Navidad...

viernes, 9 de diciembre de 2011

Los regalos de la Navidad



Episodio de "The Middle"...¿o nuestra Navidad de años anteriores?




Una Navidad no es Navidad sin regalos

Jo March (Mujercitas)




En un mundo que cada vez gira más rápido, Diciembre nos trae una elección. Vamos a elegir subirnos a la loca calesita de las compras, pendientes de la larguísima lista de regalos, despedidas de año, reuniones sociales, etc etc etc... o podemos escuchar a nuestros cansados cuerpos y alegres almas, que nos reclaman nuestros propios regalos de Navidad.... Paz.... Amor... Fe... Confianza... Solidaridad...Tiempo de Familia... empezar a cerrar el año.



Hace varios años hablo de vivir una "Navidad Diferente". Cuando empece a acuñar esta frase, buscaba bajar la pila de regalos sobre los zapatos de mis hijos...Como mi amiga Isabel se reía, no lo lograba, y terminaba a las 5 de la mañana, contabilizando que cada uno tuviera la "justa" cantidad de regalos... Diciembre se habia convertido en un agote. Las preparaciones empezaron a perder su significado. Las cookies eran cada vez más sofisticadas; pero no me daban la alegría que me dio prepararla con mis hijos y sobrinas...la comida era elaborada; pero yo estaba tan cansada que ni ganas de comerla tenía...



A veces, uno debe tropezar varias veces con la misma piedra, hasta que nos damos cuenta que podemos elegir otro camino. Y como todo lo que vale la pena vivir, requiere compromiso de nuestra parte. Este año logre finalmente armar mi propia lista de regalos, para mí. Para mi familia. Este año quiero Tiempo. Elijo quedarme en casa, y ver a mis hijos empezar a disfrutar de sus merecidos descansos. Elijo yo misma empezar a descansar. Registro que es Diciembre, que en pocos días comienza el Verano. Miro el calendario de adviento que mis hijos hicieron, y los animo a ir sacando las etiquetas que simbolizan cada día... elegimos no dar caramelos, ni "regalitos" con cada ventanita, ya tenemos lo suficiente...quizas sí, podríamos regalarnos tiempo de jugar, no apurado...atras van quedando las corridas de las mañanas para "Llegar"... llegar al colegio, llegar al trabajo, llegar a las reuniones...



El otro día un padre se quejaba que hiciera lo que hiciera, siempre estaba "tarde" para algo. Si uno esta aca, elige no estar alla... y el Mundo nos reclama...No vamos a poder contentar a todos, así que por qué no elegimos contentar a quien sí podríamos saber exactamente qué necesita? Nosotros mismos...escuchemos a nuestras almas, mientras nos reclaman quietud, recogimiento, "guardarnos", reflexionar, "cerrar"...



Mi hijo mayor terminó la Primaria. Como dijo la Directora (gracias, sus palabras calaron hondo en mi alma, y dejaron para siempre su huella), cada ciclo que termina, abre un nuevo ciclo, que comienza... Mi hijo, con la sabiduría de sus 11 años, festejó su cierre de ciclo... vinieron sus amigos, rompio las carpetas, guardo lo que quería guardar, y solto lo demás...Su arduo trabajo de todo el año escolar se vio premiado con un boletín que le asegura 3 meses de vacaciones... y en estos dos días, juro que lo veo relajarse ante mis ojos... ya dejo atrás las exigencias del afuera, y esta listo para DISFRUTAR...



Nosotros, los adultos, no tenemos ese calendario en blanco por delante. Reconozco nuestros compromisos reales, no los que vienen de no saber decir NO. Antes que nada, reconozco el compromiso hecho conmigo misma, de cerrar este año de inmenso crecimiento, como lo hace mi hijo maestro: comienza mi tiempo de empezar a soltar lo que no se hizo, abrazar lo que sí, mirarme fijo al alma, y ver donde estoy, hoy. Renuncio a corridas. Renuncio a los descuentos por pagos con tarjetas que sólo mienten, haciendonos creer que podemos comprar ilimitadamente...Renuncio a shoppings abiertos hasta la medianoche, abarrotados de seres intentando tachar ese último item en su larguisima lista de regalos...renuncio a pilas de regalos para mis hijos, que solo les crean la necesidad de MAS...hagan el intento, y preguntenles a sus hijos que recibieron la Navidad pasada. Si se acuerdan, si atesoraron ese regalo, logramos enseñarles a desear, y apreciar lo deseado cuando llega. Si ni se acuerdan, o lo hacen vagamente, es señal de alerta, hemos aumentado sus falsas necesidades, comprandoles cosas innecesarias, escudados en un falso "Papa Noel", que cubría nuestras propias necesidades insatisfechas.



En este cierre de 2011, elijo reunirme pocas veces; pero estando presente en cada uno de esos encuentros. Sea con amigos, colegas, familia...Elijo empezar a dejar de hacer todo aquello que pueda dejar de hacer..


Dicen que para recibir un regalo, nuestras manos deben estar libres, vacías... Nos propongo empezar a vaciarnos de lo que ya no sirve, para abrazar con las dos manos abiertas, el regalo de empezar un nuevo ciclo...y los dejo con las palabras de Agus, la Directora de mi hijo: "Elijamos reemplazar la Incertidumbre que acompaña a una nueva etapa de vida, por otra palabra que también empieza con "i": ILUSION...."


domingo, 13 de noviembre de 2011

Momentos celestiales


"Sincronicidad: dos hechos aparentemente no relacionados


que no pueden ser explicados por medio de la causa y efecto


pero que están singularmente ligados por un significado personal" C. Yung





"Coincidencias", "casualidades", "suerte", "Providencia"... le ponemos varios nombres, excepto el auténtico: "Gracia", "Dios"... nos dice Sarah en el 12 de noviembre, fecha que elegi "casualmente" para re- iniciar este blog. Despues me di cuenta que hoy... es 13. Y respetando la intuición, y porque se que debe llegar a quienes tenga que llegar... por un ratito, nos fuimos para atras en el tiempo... y es ayer.




James Redfield en su "Novena Revelación" (si no lo leyeron, no se lo pierdan), dice que cuando ocurren hechos fortuitos "en el momento preciso y producen los elementos adecuados para hacer que nuestra vida tome de pronto un curso imprevisto, debemos intuir un significado superior en estos hechos misteriosos". Es verdad que muchas veces estamos tan ocupadas con la "vida real", que nos perdemos la oportunidad de descifrar el significado de nuestra Vida Real...y vamos diciendo "que raro", "que loco", "mira que casualidad/suerte tuve", en vez de preguntarnos "Por que?", y "para qué?".



Hace un par de años mi amiga Juli, una de las personas mas generosas que conozco, me presto su copia del "Misterio de las Coincidencias: Una aventura guiada por la sincronicidad", escrito por Eduardo Zancolli. Esa tarde, yo estaba visitando a otra amiga, que "casualmente" vive en la casa de enfrente. "Casualmente" nuestros hijos eran amigos. Y "casualmente" terminamos las tres charlando y compartiendo esa tarde nuestras vidas. Hablando de las "coincidencias" (un llamado de telefono, un link en Internet, una amiga que "casualmente" conoce a otra amiga que me habia llevado al curso que me estaba cambiando mi vida) Juli corrio escaleras arriba y me trajo el libro, que yo estaba buscando pero estaba agotado en las librerías. Si yo no hubiera cruzado esa calle, si Juli hubiera prestado el libro a otra persona, si ... si ... si... Me hubiera perdido quizas de abrir los ojos y el corazon, a los pequeños o grandes regalos que el Universo nos regala cada día en forma de "suerte"....






El Universo, obviamente, tiene un fino sentido del humor. Y le gusta hacernos trabajar, un poquito al menos. Cuando dejamos de lado la suerte, y empezamos a aceptar que estos hechos tienen un significado más profundo.... la Vida Real comienza. Cómo? Porque vamos a prestar atención a ese llamado inesperado, a eso que se nos "aparecio" en la pantalla. A estar leyendo esto, en el momento que llegue a vos... No siempre vamos a entender de inmediato qué quiere decir, requiere un cierto entrenamiento y una mente muy abierta aceptar la ayuda, mirar más allá, soltar lo conocido y dar el Salto de Fe. "Fe en qué?"... En que no estamos solos. Que si bien somos responsables de cada microsegundo de nuestra vida, cuando aceptamos la guía celestial, empezaremos a vivir "momentos celestiales".



Les propongo hacer esta semana que comienza el experimento de dar por supuesto que nada de lo que sucede en tu vida es casual. " Desde esa conciencia, ir al curso que nos llama; tomar ese café postergado con alguien que quiere proponernos algo nuevo: escuchar la letra de la canción que nos fascina; hablar con esa persona que se sentó al lado nuestro en la reunión escolar que dudamos de ir... Hace mucho tiempo, un chico de 17 años se "colo" a una fiesta, y saco a bailar a una chica... y hace mas de 26 años que estamos juntos





En inglés, se las llama "Godincidences"... en español, "Diosidencias"... el Universo, diciendo "Hola!"... Recordemos que cuanto "más abiertos nos mostremos al papel que juega en nuestras vidas la sincronicidad, más atraeremos la ayuda divina"... a ampliar la mirada. Se los aseguro, es un camino fascinante, ese de unir las "casualidades" a sus significados... de eso se trata la trama de nuestra Vida Real.

martes, 22 de marzo de 2011

Llego oficialmente el Otoño


"El mes de la cosecha...

El verano ha concluido

y ha llegado el otoño"

Cynthia Wickham



Ayer, 21 de marzo, empezó el otoño. No parece... Hace calor. Un calor agobiante, que nos hace perder la noción de que estamos ante una nueva estación. Un cambio. Una renovación.


En otoño, los árboles se desprenden de las hojas que los acompañaron durante la primavera y el verano. Hojas que eran indispensables para guardarse del calor. Y para beberse toda la energía posible para guardar alimento en los meses de frío. Si observamos atentamente a la Naturaleza, Ella, como siempre, nos da una lección básica de vida: ha llegado el momento de comenzar, lentamente, a pensar en despojarnos de lo que ya no nos sirve. Aquellos pensamientos, sentimientos e incluso objetos que ya no nos representan. O no queremos que nos sigan representando...dejemos caer fuera de nuestro campo de energía, personas, actividades y actitudes que no nos ayudan a crecer. Peor aún, entorpecen nuestro camino. Los árboles sueltan las hojas caducas, confiando que después volverán a desarrollar nuevo follaje, con la savia que elaborarán hasta la primavera.


La Naturaleza marca sus ritmos. Que deberían ser los nuestros. El verano tardío, con días aún soleados y calurosos y tardes que son un preámbulo fresco de lo que vendrá, es un momento ideal para pausar nuestras actividades. Mirar que hemos colocado en nuestra agenda para abril, y decidir si es "viejo" o "nuevo". Lo elijo, así con los ojos y el corazón abiertos de par en par? Otoño es también (o debería serlo) una época de descanso, de introspección. En nuestro hemisferio Sur, como comienza la actividad anual (colegios, cursos, Universidad) a veces se desdibuja esta oportunidad de serenarnos. De mirar nuestro propio follaje. De detener nuestra marcha para maravillarnos ante el fuego que se ilumina en cada arbol que cruzamos.


Verde, violeta, rojo, naranja... la paleta mágica que nos invita a detenernos. Y a saltar sobre esa pila de hojas secas! Sólo los viajeros despiertos descubren lo sagrado en la sencillez alrededor. El Otoño, para mí, es Sagrado. Tengo la dicha de vivir rodeada de fresnos, gingkos biloba, robles... y de tener 4 hijos aún pequeños que me sirven de excusa para disfrutar de una caminata juntando las primeras hojas que caen... mientras me pregunto a mi misma: Qué he cosechado en estos primeros meses del año? De qué me quiero despojar este otoño? Qué va a brotar en Primavera? Me estoy cuidando lo suficiente?


Feliz Otoño!!!


martes, 8 de marzo de 2011

Zambullirnos de cabeza




No nacemos como una mujer,

nos convertimos en una mujer.

Simone de Beauvoir



Hoy se celebra en el mundo entero, el Centenario del Día Internacional de la Mujer. Pareciera que viejas fotos en blanco y negro de mujeres que un siglo atrás lucharon por la igualdad de derechos para hombres y mujeres, nada tienen que ver con nosotras, hoy. Investigando sobre cómo se conmemora este día en el mundo, me sorprende que se le de tan poca importancia. Quizás, ya nos acostumbramos a poder hacer todas aquellas actividades por las que nuestras antecesoras lucharon tanto. Trabajar, votar, abrir una cuenta en el banco, ser dueñas de nuestras propias cosas. Hasta hace muy poco tiempo en la historia, las mujeres eramos consideradas un apéndice de nuestros hombres, primero de nuestros padres, y luego de nuestros maridos. Costó muchísimo salir de ese patrón. Y a pesar de todo el camino recorrido, creo que aún no hemos ganado la guerra. Que mientras que haya guerra, nadie gana.

Las mujeres conquistamos espacios, eso es cierto. También es cierto que toda guerra sufre bajas. Y en la guerra entre los sexos, las mujeres hemos sufrido a veces la baja de nosotras mismas. Es más, nos hemos dado de baja. Como dice Madonna Kolbenschlag en Adiós bella Durmiente de niñas hemos admirado tanto a nuestros padres todo poderosos, que al crecer quisimos imitarlos. Salir al mundo. No quedarnos en casa como nuestras "indefensas" madres (en la mayoría de los casos, la generación de mujeres que tuvo hijos en la década del 60 y 70 no trabajaba fuera del hogar). Poder equivalía a salir de casa. Ser mujer (ama de casa, madre) perdió valor ante nuestros ojos.


Estudiamos en la Universidad. Ingresamos (supuestamente) al mercado laboral. Pero no lo hicimos de verdad. No lo hicimos como mujeres, sino como hombres. Adoptamos una visión masculina del mundo. Trabajamos jornadas que no dejaban tiempo para cuidar nuestras almas. No nos animamos a expresar nuestra incomodidad por dejar de ser quienes eramos.


Al convertirnos en madres, muchas veces las imágenes internas de qué es ser mujer colapsan. Comienzan las "guerras de madres" entre las que deciden quedarse en casa a cuidar de sus hijos pequeños (archivando títulos y honores en un cajón o colgados de una pared, para recordarnos que fuimos "otra" antes de ser "esta") y las que se convierten en malabaristas que intentan sostener su trabajo y su familia. En mi propia vida, he interpretado ambos papeles. El tironeo es fuerte. Y nadie gana.


Creo que el mundo necesita que hoy, que de "casualidad" en Argentina se vuelve a festejar carnaval, nos saquemos las máscaras. Es momento de recuperar nuestra propia identidad. Nuestro ser Mujer. Con lo que quiera decir para cada una de nosotras. Sin juzgarnos, ni juzgar. Es momento que hombres y mujeres nos sentemos a dialogar sobre cómo sigue esta historia. Dejando los carteles en la puerta, recuperemos nuestras voces. Expresemos nuestros deseos y necesidades.


El mundo necesita que las mujeres recuperemos nuestro lugar. Dentro y fuera de casa. Nuestros hijos e hijas nos necesitan enteras, tanto como necesitan a padres y madres a cargo de su crianza. Nosotras, nos anhelamos enteras. Transformarnos en mujeres requiere tiempo. "Tiempo para meditar, tiempo para reflexionar, tiempo para efectuar elecciones creativas, tiempo para salir del nido, tiempo para limpiar nuestros armarios, y tiempo para eliminar telarañas psíquicas a fin de llegar a nuestras esencias." (Ban Breathanch)



La invitación hoy, pues, es a zambullirnos de cabeza en las aguas de nuestros propios sueños, para ir cumpliéndolos brazada a brazada. Feliz Día!


sábado, 5 de marzo de 2011

El baúl de la Esperanza



La "esperanza" es esa cosa alada....

que se posa dentro del alma...

Emily Dickinson


Tradicionalmente, las novias recibían un regalo de sus padres, al cumplir los 16 años: un baúl para el ajuar. Con o sin novio a la vista, la futura novia iba guardando allí sus "tesoros". Sábanas, colchas, manteles, juegos de platos, y sueños. Sueños de cómo iba a ser su vida una vez casadas. Madre e hija tejían juntas la ilusión de que fuera un buen matrimonio. Juntas esperaban que los objetos guardados con tanta ilusión acompañaran a la nueva pareja cuando emprendieran la aventura de formar su propia familia, comenzaran su propio camino...


La madre sabía por experiencia propia, que una copa de cristal no aseguraba un futuro libre de problemas. Que una colcha, por más amor que ella misma hubiera puesto en unir cada retazo de tela, no cubriría de seguridad a su hija una vez que dejara el hogar. Que los manteles cuidadosamente bordados, cubrirían la mesa aún en momentos difíciles. Que la vajilla elegida con tanto esmero, podía romperse tan fácilmente como la ilusión de esa chiquita que soltaba al mundo. Y sin embargo, daba puntada tras puntada, con la única seguridad de su propia esperanza. Esperanza de que, sucediera lo que sucediera, su hija iba a estar rodeada de amor. De su amor. De sueños... y que si ese sueño no se cumplía, tenía fe en que otros lo reemplazarían.


La hija, contemplaba sus tesoros soñando con su Príncipe Azul. Ese ser que le prometía ser felices para siempre. Ya casada, ese baúl iba a guardar el ajuar de sus propios hijos. Y la tradición se cumpliría, cuando ella misma, madre y adulta, ayudara a su propia hija a llenar de sueños ese mismo baúl, que la acompañaría cuando echara a volar por su cuenta...


Yo prepare mi ajuar por años. Sin conocer esta tradición (quizas intuyéndola), mi hermana me regaló al casarme el baúl donde por años guardé mis más preciados tesoros. Durante un viaje antes de casarme con ella y mi madre, fui llenandolo de objetos que considerabamos indispensables para mi futura felicidad adulta. Como recién casados, en un departamento pequeño, fue nuestra mesa en el living. Como futuros padres en un país extranjero, guardó camisitas de hilo que Mama me enviaba desde casa, que me parecían increíblemente chiquitas... Con los años, guardó recuerdos de hitos de nuestra vida familiar: la ropa que usaron mis hijos al salir del sanatorio camino a casa; la manta que los cubría; fotos; un mechón de su pelo. Guardó también mis inseparables compañeros de ruta, mis libros. Y después, mis telas, que se iban a convertir en mi arte. Hoy, ocupa su lugar en nuestro living, lleno de fotografías de nuestra vida familiar. Es, sin duda, mi baúl de la esperanza. Lo llené soñando en mi vida futura, y hoy me doy cuenta que me acompaño mientras cumplía algunos de mis sueños: casarme, ser madre, trabajar, aprender, crecer...


Un baúl de ajuar guarda objetos que no serán usados inmediatamente. Acompaña nuestras esperanzas que nuestros sueños se van a cumplir. Y cuando se cumplan nuestros deseos, esos objetos atesorados (quizas por años o décadas), nos van a permitir vivirlos con la emoción que acompaña a los momentos esperados. "No todos nuestros deseos pueden hallar satisfacción al instante. Hay que aprender a esperar pacientemente para que nuestros sueños se hagan realidad, sobre todo en el camino que hemos elegido"... Sabemos que lo que más cuesta, es generalmente lo que más satisfacción nos da.


Una madre moderna, les dió a cada una de sus hijas un "baúl de Libertad". No le gustaba la idea de atar la esperanza al matrimonio. A los 16 años, cada una de sus hijas eligió su baúl de cedro, forrado en tela. Por años, en cada cumpleaños guardaron sus regalos allí, para cuando empezaran su vida lejos de casa. A los 18 fue lo primero que cada una de ellas se llevó a la Universidad. Sus sueños empezaban a hacerse realidad...


Aquí copio un link para armar nuestro propio baúl de la esperanza


Lo primero que deberíamos colocar dentro, es la FE. Fe en que esos sueños se cumplirán, a su debido tiempo. ¿Qué sueños cuidará hasta que se cumplan? ¿Que guardará desde hoy nuestro propio baúl de la esperanza?





miércoles, 2 de marzo de 2011

Restaurar la serenidad



Dios nos da la gracia para aceptar con serenidad


las cosas que no se pueden modificar,


valor para cambiar las cosas que se deben cambiar,


y sabiduría para diferenciar las unas de las otras.


Reinhold Niebur

"LLego el momento de dejar de asociar la serenidad con las cosas que no se pueden modificar. Podemos cambiar espectacularmente la calidad de nuestra existencia y a la vez restaurar conscientemente la serenidad de nuestros empeños diarios... ¿Cómo conseguir eso exactamente en nuestras vidas?" (Ban Breathnach) Cuando consigamos dejar de comportarnos como si fuesemos calesitas.

Para muchas de nosotros, el día tendría que tener al menos un par de horas más. O quizás... varias actividades menos. Y concentrarnos en cada una de ellas. Desde lavarnos los dientes, desayunar con nuestros hijos, llevarlos al colegio, cada una de las tareas de nuestro trabajo diario debería tener nuestra total atención.

Vuelvo a la imagen de una calesita en movimiento, tan parecida a varios de mis días a la semana. Una calesita gira sin parar, sobre un eje que no le es propio (sino, no giraría), sin tocar jamás el piso, y sin llegar a ningún lado... ¿No son así los días en los que tenemos tantas actividades que ya no disfrutamos de ninguna? Nuestro ritmo acelerado ha hecho que querramos clonarnos, ya que deberíamos ser varias mas "yo" para cumplir a veces con nuestras agendas. Y lo que es peor, los niños ya sienten esta aceleración del tiempo. Las vacaciones parecen demasiado cortas (a mi de chica me parecían larguísimas...). Los fines de semana simplemente vuelan. Muchas veces se nos escapa el tiempo como arena entre los dedos, sin disfrutar de lo que estamos haciendo, listos para ir hacia el próximo item en nuestra agenda.

Cuando logramos ajustar nuestro reloj interno, podemos enfocarnos en el tiempo presente. Vivir cada momento de nuestro día. Elegir apagar la música en el auto para charlar con nuestros hijos, siendo conscientes que cada momento compartido es un lujo, así estemos discutiendo. Comer en familia, no para enseñar buenos modales, sino para disfrutar de nuestra mutua compañía. Apagar la tele. No contestar el teléfono. No manejar haciendo esas llamadas "impostergables". En definitiva, no "aprovechar" el tiempo que decidí dedicar a una actividad para hacer otra.

La serenidad llega de la mano de la toma de decisiones. Decido cómo ocupar mi día. Decido cuántas actividades puedo realmente abarcar brindandoles mi completa atención. Elijo dejar pasar aquellas invitaciones por más tentadoras que sean, si es que me van a hacer dar vueltas aún más en falso, aún más ligero. Me pregunto: ¿por qué elijo hacer esta actividad? Muchas veces, la respuesta viene no del Alma, sino del Ego. El Ego que necesita que lo miren, que lo quieran, que lo inviten, ser conocido, importante, participar, ser parte de... Si hacemos lugar a las respuestas desde nuestra Alma, nuestras agendas empiezan a tener blancos. Nuestros celulares ya no suenan sin cesar. Ya no tenemos mensajes de voz que no tenemos tiempo de escuchar, pensando "si es importante, vuelve a llamar". Simplemente, dejamos de ocuparnos... y empezamos a disfrutarnos. Uno mismo. Y al otro. Porque puedo brindarme entera/o.

Ban Breathnach nos dice que para la mayoría de nosotras, mujeres de hoy, esto suena ridículo. ¿Cómo vamos a lograr hacerlo todo, si no lo hacemos todo a la vez? Responde "te aseguro que conseguirás hacer con mucha mayor facilidad, eficiencia, placer y satisfacción todo lo que te propongas -y todo cuanto necesites hacer- en cuanto logres armonizar mente, cuerpo y espíritu con la tarea que estés llevando a cabo. De este modo experimentarás la serenidad."

¿Cómo vamos a lograr hacerlo todo, si no lo hacemos a la vez? Como una adicta a la actividad, en lenta recuperación, me respondo quizás la pregunta de mi vida. No lo voy a hacer. No se puede hacer todo. No se puede aprender todo a la vez. No se puede estar en dos lugares al mismo tiempo, por más que pisemos los aceleradores externos e internos. A veces, hay que decir (y decirnos) que NO. Cuesta, lo se. Es difícil dejar pasar oportunidades pensando que no van a volver. Pero si confiamos, si verdaderamente confiamos, sabremos que lo que verdaderamente es bueno para mí, va a volver a cruzarse en mi camino. Y si no, no merecía dar vueltas como loca sin llegar a ningun lado. De chica, me fascinaba dar vueltas y mas vueltas en la calesita, esperando agarrar la sortija que prometía no parar nunca. De adulta, al comando de mi propia vida y (por ahora) la de mis hijos, elijo bajarme de mi caballo blanco preferido, y pisar firmemente la tierra. Y mirar detenidamente donde quiero poner mi limitada energía, hoy.




martes, 1 de marzo de 2011

Una hoja en blanco


Demasiado corta es la duración del verano


William Shakespeare


Si no supiera que el autor de esta frase era Shakespeare, hubiera jurado que había sido uno de mis hijos (o yo misma) quien la pronunció. Después del calor del verano, que llama a la quietud y la reflexión, llega Marzo. El otoño está a vuelta de mes. Las tardes ya son más frías, se siente el cambio en el aire.


Fin de febrero se fue entre preparativos de inicio de clases de mis hijos. Como toda gran ocasión, hay un ritual que lo inicia. En nuestra familia, ese ritual esta formado por cuadernos, carpetas, lápices, libros, mochilas, cartucheras, etc etc etc La larguísima lista de útiles parecía nunca acabar. O yo no quería que acabara, porque entonces había que sí o sí cerrar una etapa para pasar a la siguiente. Y a veces, eso cuesta.
Tanta actividad preparatoria puede desenfocarnos de lo importante: para todos los que vivimos con niños, inicia un nuevo año escolar. Hojas en blanco, donde cada uno va a ir escribiendo su aprendizaje. Podemos perder de vista nuestra propia oportunidad, como adultos que los acompañamos en su viaje, de acompañar esta etapa con los ojos y el corazón abiertos.


Para los adultos, lo escolar es muy importante en nuestras vidas. De niñas y niños, porque fue donde nos educaron para ser "Mujeres" y "Hombres" de bien. De Mujeres y madres, u Hombres y padres, porque es nuestro deber (y derecho) poder acompañar la educación de nuestros hijos. A las mujeres muy especialmente, al ser las responsables de la crianza (otro día hablamos de lo fundamental de una crianza compartida entre padres y madres; pero hoy en día la realidad demuestra que somos las mujeres quienes nos ocupamos de la educación de nuestros hijos, basta ir a una reunión escolar, donde los padres sobresalen en un mundo femenino, bienvenidos sean cuando pueden estar ahí!), el primer día de clases nos habla de otras cosas, algunas muy ocultas.


Un hijo que crece, nos marca nuestro propio reloj biológico como el más fiel espejo no lo hace. Ayer una Madre me preguntaba donde se habían volado los tres años desde que nació mi hijo menor, que hoy empieza jardín. Y otro de mis hijos empieza Primer Grado, sus pies que aman estar descalzos aprisionados dento de zapatos abotinados negros. En casa, es un año de inicios y cierres de ciclos, ¿no lo es en todas las casas, aún si no nos damos cuenta? Mi segundo hijo cierra el ciclo Inicial (tercer grado), y el mayor termina Primaria. Y yo, al soltarles sus manos una a una, me quedo pasmada.. no fue sólo ayer que estaban en mis brazos? Que no dormíamos? Que aprendió a.... (llenemos los blancos: gatear, comer, caminar, correr, andar en triciclo, en bicicleta, en bicicleta sin rueditas, etc etc?)?????? Donde están mis bebes? La respuesta no es tan fácil, aunque lo parezca: adentro de esos seres que crecen (y se alejan) cada día un poquito más. Los mayores me despidieron en la puerta, no sea cosa que la papelonera de su Mama los bese frente a sus compañeros. Me conocen, saben que soy de emociones fuertes y fáciles, podría matarlos si dejaba escapar una lágrima....

"Soy feliz que se terminen las vacaciones. Necesito horarios y empezar mis cosas", se nos escucha a las madres en pleno trajín pre escolar. Trabajemos fuera o dentro de casa, es verdad que los chicos interrumpen rutinas, causan caos y ruido... y muchísima alegría, si nos permitimos vivir con ellos. De pronto, la casa esta en silencio. Muchísimo más limpia que ayer; pero también, cuanto más vacía. Antes de lanzarnos a apretar nuestras agendas con todo aquello que nos promete un nuevo año con varias horas de libertad por delante, demonos un tiempo para tomar conciencia de esta nueva hoja en blanco, para ellos, y para nosotros. Qué queremos que aprendan este año?
Y para nosotros, Hombres y Mujeres de bien que ya no tenemos maestros que planeen nuestro aprendizaje: Qué queremos aprender este 2011? Con nuestra mochila de la Vida a cuestas, miremos qué útiles necesitamos, armemos nuestro propio horario, y a vivir! Con la tranquilidad que a la tarde, cansados, a veces angustiados, otras felices, volveremos a ver esas caritas para preguntarles (con o sin respuesta; pero igual vamos a preguntar): como fue tu día? Ayer, uno de mis hijos me sorprendió al preguntarme como había sido el mío. Y le dije la verdad: se me fue el día extrañandolos....

martes, 22 de febrero de 2011

Mi cuaderno de aventuras


Por unas semanas, no tuve acceso a lo "electronico" como le dicen mis hijos a la tecnología. Durante un tiempo, incluso no había siquiera electricidad. Fueron tres semanas de reflexionar en silencio virtual, sin poder compartir mis pensamientos más que con las personas que estaban físicamente cerca.

La película del verano para nosotros fue Up. Santa Claus se lo regalo a uno de mis hijos (sí, todavía creo en la magia de la Navidad, se llame Santa Claus o padres invirtiendo una enorme cantidad de energía, tiempo y amor para mantener la ilusión de las sorpresas en la mañana del 25 de Diciembre, cuando "Santa" consiguio el juguete/libro/remera del Atletico de Madrid inconseguible/muñeca agotada desde hace meses, etc etc Cuando mis hijos me preguntan si es verdad que existe, mi respuesta es: yo creo que sí, que se mete en los corazones de los adultos para que a traves de regalos demostremos cuanto nos queremos. Sino, por qué nos transformamos en Arnold Shwarzenegger y su personaje que busca al agotado muñeco super héroe que debía comprar en Noviembre? Más sobre Navidad, cuando se acerque). Mama-Mrs Claus había recibido la sugerencia que me iba a gustar (gracias, Flor!) .... y me encantó! Vale la pena verla una y otra vez. Siempre se rescata algo mas, Otro mensaje...

Sueños no cumplidos. La vida que pasa. Prioridades vs Urgencias. La inocencia de un niño. Escuchar finalmente el llamado a la aventura. Como dice Russell: "Hasta un perro que habla!!" Imperdible. La vimos todos juntos, mis hijos se pasaron el verano repitiendo los chistes, felizmente inocentes a la trama profunda de la historia, que nos deja un mensaje clarísimo a los adultos espectadores: vivamos nuestras aventuras. Nuestra vida es nuestra aventura. Y se pasa.

Ban Breathnach habla de nuestro "explorador interior". Nuestro propio "Espíritu de la Aventura", siempre está listo para emprender el viaje. Hacia dónde queremos ir? Esa parece ser la pregunta más díficil e importante. Qué lugares (propios y ajenos) queremos conocer? Qué actividades hemos pospuesto, para enfrentar las necesidades de nuestra vida diaria? En Up, Carl y Allie gastan el dinero ahorrado para el anhelado viaje hacia las cataratas del Paraíso en urgencias (un techo roto, cambiar las ruedas del auto, un brazo quebrado etc etc). Y los sueños se van postergando. El trabajo que nos prometimos era solo para permitirnos realizar esos sueños, empieza a ocupar toda la escena... La vida se pasa, la vivamos a pleno, o no. No nos espera. Pero hasta que se acabe, no sda oportunidades de oir el llamado.

Todo el verano escuché el grito de "la Aventura nos aguarda!" Es verdad. A cada uno de nosotros, la aventura todavía esta ahí, esperando que oigamos el llamado, y demos ese primer paso de los varios que daremos hasta llegar a nuestros destinos. Los Chinos tienen un proverbio "El camino de las mil millas comienza con un solo paso". Cuesta darlo. Implica elecciones, renuncias, peligros, incertidumbre. No estamos solos. La Vida nos brinda compañeros de ruta, perros que hablan que nos ayudan a derrotar a los Malos y seguir nuestro trayecto.

A los que hemos escuchado nuestro llamado, hoy la Vida nos encuentra listos para emprender el viaje. Incluso con las valijas hechas, y parte del camino recorrido, sabemos adonde queremos ir. Y a los que quizás aún no entendemos bien de qué se trata nuestra aventura, ánimo. Si abrimos los ojos de nuestro corazón, vamos a comprender donde esta nuestro Norte. Hace falta hacer silencio, callar un poco nuestra rutina, para poder descifrar los mensajes, las "coincidencias" que el Univeso nos pone en el camino. Si aprendemos a unir esas casualidades, punto a punto se nos ira formando un mapa-respuesta de nuestro propio rumbo.

Como dicen Carl y Allie, mientras hacen con la mano una cruz sobre su pecho: "Lo juras con el corazón?" Juramos con el corazón ir hacia la aventura de nuestras propias vidas, dondequiera que nos lleve? Se los juro sobre mi propio corazón, "la Aventura de nuestras vidas, nos aguarda!"

Para rememorar los hitos en nuestro camino, es valioso tener nuestro propio Cuaderno de Aventuras. Aca esta el link para armarlo.
http://www.family.go.com/disney/pkg-disney-printables/article-648687-disney-printable---up-adventure-book-t/

martes, 25 de enero de 2011

Un paso más: Alabar nuestras circunstancias


Alaba una cosa y te alabará.

Maldícela y te maldecirá...

Si alabas una situación,

no tiene poder para herirte y,

aunque pueda plantear problemas durante un tiempo,

desaparecerá paulatinamente,

si la alabas sinceramente.

Emmet Fox


"Después de aceptar nuestras circunstancias presentes, sean cuales sean, debemos aprender a alabarlas.... ¿alabar la desgracia? Apretando los dientes, si es necesario. Normalmente, desconocemos por qué algo ha ocurrido, y seguiremos sin saberlo hasta estar lo bastante distanciados como para analizarlo restrospectivamente." (Ban Breathnach)


Este paso es muy difícil, especialmente cuando estamos transitando una circunstancia complicada. En ese momento negro, nos parece que no hay salida. Que la vida siempre será tan oscura como hoy. Y sin embargo... no es así. El sol vuelve a brillar. Y nos reponemos de aquello que nos parecía imposible remontar. Y tanto dolor y angustia... ¿para qué?


La certeza de que las cosas no nos pasan porque sí, nos ayuda a serenarnos cuando estemos en medio del río. Necesitamos llegar del otro lado de cada etapa difícil de nuestra vida. Y una vez que nos hayamos repuesto lo suficiente como para mirar atrás, podremos entender cuál era el mensaje.


Hay veces que los golpes de la vida tardan mucho en sanar. Con la rapidez de nuestro mundo actual, ya no hay tiempo a veces ni para dejar que nos duela. Es más, ya no hay duelos visibles. Ya no nos vestimos de negro, cerramos las cortinas, y nos alejamos del mundo, para llorar a quien se fue. Antes, el mundo entero respetaba los ciclos de alegría, dolor y sufrimiento. No apuraba la felicidad a costa de no aprender las lecciones que esos dolores nos traían. Hoy tenemos que salir del generalizado "analfabetismo emocional" (Greenspan), que sólo nos tolera cuando estamos bien, alegres, fuertes. Aprender a armar nuestro espacio para llorar, gritar, escribir, romper o lo que sea que necesitemos hacer para transitar esos momentos difíciles, sin máscaras.


Es importante aprender a decir lo que nos pasa. Incluso a nosotros mismos. Que esto duele. Que nos quita fuerzas. Que ya no soy la misma/el mismo de antes que esto sucediera. Porque realmente, ya no lo somos. Mirian Greenspan nos dice en su libro Healing through the dark emotions: the Wisdom of grief, fear and despair (Sanando a través de los Sentimientos Oscuros: la Sabiduría del Dolor, del Miedo y de la Desesperación); que una vez que fuimos quemados por el dolor, el miedo o la desesperación, se produce en nosotros una alquimia emocional. Transformaremos dolor, miedo y desesperación, en gratitud, alegría y fe. "Pero estos regalos sólo podrán ser alcanzados una vez que bailemos la danza de las emociones oscuras" (Greenspan). ¿Bailamos?



lunes, 24 de enero de 2011

La vida real


"Todo lo que aceptamos realmente en la vida sufre un cambio"

Katherine Mansfield


En su libro "The Unfolding Now" (traducido como "la Presencia" en español), Almaas nos dice que quitemos nuestras manos de nuestra propia existencia. Que aprendamos a convivir con lo que me esta pasando, realmente, en este momento. No intentar cubrir el ahora con lo que yo quisiera que fuese, sino convertirme en una observadora de mi propia realidad. Qué siento realmente con esto que me está pasando.


"Mira a tu alrededor y percibe lo que está ocurriendo. Esta es mi cocina con el suelo sucio, este es mi peso, este es el saldo de mi cuenta corriente, aquí es donde trabajo ahora. Esto es lo que realmente esta pasando en mi vida en el momento presente. Esta bien. Es la vida real." Aceptación. "No rebelarse contra lo que hay: nuestras circunstancias, nuestros sentimientos, nuestros problemas, nuestra posición económica, nuestro trabajo, nuestra salud, nuestras relaciones con los demás, la demora de nuestros sueños" (Ban Breathnach).


Las madres tendemos a cubrir nuestras experiencias. Es fácil aceptar las situaciones que nos traen felicidad. Más difícil es conectarnos con la impotencia que nos provocan las circunstancias fuera de nuestro control. O los sentimientos "Negativos". Frustración. Enojo. Furia. Aburrimiento. Ahogo. A veces, estamos sin estar. Nuestro cuerpo esta ahí, cumpliendo con lo que tiene que hacer; pero nuestra mente y alma volaron lejos.


Es momento de volver a unir cuerpo y alma, y registrar las sensaciones y sentimientos reales que acompañan a nuestras experiencias. A veces, para cambiarlas. Si tomamos conciencia del aburrimiento que nos provoca nuestro trabajo, quizas podamos ver de qué otra forma ganar dinero. Si lo que sentimos más a menudo con nuestros hijos es fastidio, habra que mirar más detenidamente qué lo causa, y cómo transformar nuestra convivencia. Pero lo más insalubre es mentirnos a nosotros mismos. Creernos que somos madres perfectas (como las Mujeres de Stepford, esa película donde al final, las "esposas perfectas" eran robots), o los empleados impecables, o las mártires de nuestras familias.
Reconocernos es salud. Dejar de luchar con nuestra realidad, nos da energías. Y nos permite tomar decisiones más claras.

jueves, 20 de enero de 2011

Hectáreas de diamantes


Tus diamantes no se encuentran en montañas remotas ni en lejanos mares;
están en tu propio jardín, si los desentierras.
Russell H. Conwell




Russell Conwell narraba la historia de un agricultor persa llamado Ali Hafed quien vendió su granja y abandonó a su familia para viajar por el mundo en busca de fortuna. Buscó por todos lados; pero no logro encontrar sus ansiados diamantes. Finalmente, deseseperado y convertido en un vagabundo paupérrimo, terminó con su propia vida. Su búsqueda de riquezas lo había consumido. Mientras tanto, el hombre que le había comprado su granja estaba agradecido por cada brizna de césped que ahora le pertenecía y prodigaba amor y cuidados a su terreno. De noche, sentado a la mesa rodeado de su familia y cenando con su familia, era un hombre feliz. Un buen día hizo un descubrimiento asombroso. En su jardín, el que Ali Hafed había abandonado, había una mina de diamantes, literalmente una hectárea de diamantes. El simple granjero se convirtió en un hombre rico, más allá de sus sueños más descabellados.


Ban Breathnach pregunta: "¿Dónde está tu hectárea de diamantes? Si pudieras hacer cualquier cosa en el mundo, qué harías?... Abrirías una tienda; comenzarías una familia; diseñarías un vestido, escribirías un guión?...Todos tenemos una hectárea de diamantes esperando a ser descubierto, atesorado y explotado. Todos tenemos un lugar por donde empezar. Deja volar tu imaginación, porque será el mapa que tu alma necesita para tener éxito".¿No es fascinante saber que los ingredientes para nuestro éxito están al alcance de nuestra mano?
Primero hay que identificar nuestro sueño del alma. Esto a veces implica una búsqueda profunda en nuestro inconsciente, allí donde escondimos nuestros preciados diamantes. Una vez ubicado nuestro sueño, tenemos que cuidarlo con mucho esmero para que crezca, ya que es un brote recién nacido. Cuidemoslo de depredadores, internos y externos. Es importante reconocer quienes se oponen a nuestro sueño, por más cercanos y queridos que sean. Esconderlo si es necesario hasta que sea lo suficientemente fuerte para aguantar las críticas, los consejos "bien intencionados" (y los no tanto).


Hay que protegerlo incluso de nuestro propio crítico interno, esa voz que no cesa de decirnos que ni lo intentemos, que no somos lo suficientemente buenos para ese emprendimiento. Que mejor nos dediquemos "a lo que sí sabemos hacer", sea eso lo que sea. Quedarnos en lo que sabemos hacer, lo que nos resulta familiar, puede hacer que nos olvidemos incluso de cual era nuestro sueño.

En la película que vimos hoy, "Enredados", Rapunzel le pregunta a una banda de personajes bastante siniestros si ellos nunca tuvieron un sueño que quisieran alcanzar. El de ella, llegar a ver las luces que iluminaban el cielo cada año en su cumpleaños. Eran las luces que sus padres biológicos lanzaban al cielo con la esperanza que ella, la princesa perdida (secuestrada) volviera a ellos. Rapunzel de repente se reconoce a ella misma. Se acuerda de quien es... el resto los dejo para no arruinarles la historia si la quieren ver, vale la pena.


Es fundamental acordarnos de quienes somos, y quienes queremos llegar a ser. Una vez que esta hecha la pregunta: Cual es tu sueño? Todo puede pasar... Puede ser que un ladrón se convierta en pianista, o en príncipe, o en mimo.... y que una princesa recupere su corona, su reino y su familia. Sólo, si perseguimos nuestro sueño.

miércoles, 19 de enero de 2011

Simplicidad no es tan simple!


Es un don ser sencillo

es un don ser libre,

es un don llegar

adonde deberíamos estar.

Himno Shaker


Soy mejor madre en vacaciones. No lo somos todas? Sin presiones, sin apuros, sin tener que llegar a este y tal lugar a tiempo. No hay peleas por deberes cuando ya nadie tiene resto de paciencia. No hay horarios, más que los indispensables. Entramos en nuestro propio ritmo familiar. Y de a poco, bajamos las exigencias y las expectativas.


Hace un tiempo, decidimos que no queríamos seguir subidos al tren del eterno programa. Cuando yo era chica, ir al cine era algo especial. Es más, todavía me acuerdo (casi) de cada película que fui a ver, y con quien. Mis hijos habían perdido eso. Habíamos caído presos bajo el bombardeo de la oferta permanente de películas, fast food, nuevos juguetes y televisión infantil 24 hs al día. ¿Se acuerdan cuando había que esperar al mediodía para que empezaran los únicos 4 canales por aire? Cuando finalmente llegaba la hora de la Familia Ingalls, Heidi, Meteoro... cuánto los disfrutaba! Y había que volver a esperar, a veces una semana entera, para ver qué pasaba "en el próximo capítulo".


Como la rosa del Principito, que es querida por ser única, cuidada y visitada, menos es más. Hoy llueve en Buenos Aires, y mis hijos juegan. En un mundo que acelera los procesos, jugar se esta perdiendo. Y no hablo de jugar a la Play, o en la computadora (que también tienen su lugar en nuestras vidas; pero lo limitamos), ahí donde todo esta servido. Hablo de jugar en serio. El tiempo de armar el Estanciero, o sus Legos, o al truco. Aguantarse la impaciencia que esos juegos no vienen preparados, sino que requieren de su tiempo, y lo que creo más importante, de su presencia.

Podemos salir de la vía rápida, ir a nuestro ritmo. Abrazar la simplicidad, nos dice Ban Breathnach. No fue nada fácil para nosotros; pero hoy veo sus frutos. Sigue siendo más difícil que lo que sería que ahora estuvieran enchufados a algo electrónico. Hay más peleas, justamente porque tienen que convivir. Y hay aburrimiento, claro. Pero es en ese aburrimiento donde surgen ideas a veces geniales, otras no tanto (quememos el avispero a ver que pasa)... Pero prefiero unas picaduras a mis científicos en potencia (que por suerte no sucedieron, ya no había avispas) a que no intenten vivir el mundo que los rodea.


Una agenda menos ocupada nos permite disfrutar de lo que sí decidimos colocar en esas horas en blanco. Mañana, uno de mis hijos cumple seis años, y toda la familia esta esperando para ir al cine (el que cumple decide cómo quiere festejar su cumpleaños, una tradición familiar que me encanta. Para los cumpleaños en época escolar, "faltamos" todos, y nos dedicamos a homenajear al cumpleañero). De ser una rutina sin valor, ir al cine pasó a ser algo ansiado.
Pienso de cuántas cosas más podre prescindir para hacer mi vida más simple, y por lo tanto, más rica. No necesito irme a otro lugar, ni convertirme a nada ni en nada, para lograr ese ritmo anhelado. Solo tengo que desearlo y cuidarlo.

martes, 18 de enero de 2011

El diario de agradecimientos


"La gratitud es la llave de la plenitud vital.

Consigue que lo que tenemos nos baste y nos sobre.

Convierte la negación en aceptación,

el caos en orden,

la confusión en claridad.

Puede hacer de una comida un festín,

de una casa un hogar,

de un desconocido un amigo.

La gratitud da sentido a nuestro pasado,

trae la paz al presente

y crea perspectiva de futuro."

Melody Beathe


La consigna de Ban Breathnach es simple: tener un diario en el que escribir cada noche cinco cosas por las que puedo estar agradecida ese día. Un "diario de agradecimiento". Si "la gratitud es la memoria del corazón", escribirla hace que registremos esos recuerdos en nuestra conciencia.


"La simplicidad, el orden, la armonía, la belleza y la alegría no brotarán ni florecerán sin la gratitud". La Naturaleza es sabia. La nutrición de una planta se da en las raíces. Es del suelo de donde toma los nutrientes que necesita para crecer. Agua y aire acompañan y completan su proceso; pero sin un suelo fértil, no sobrevive.


La gratitud es ese suelo. Lo vamos a remover cada noche durante al menos dos meses, al agregar esos detalles que dan alegría a nuestra vida. Vamos a ir sacando las malezas que lo cubran, ya que el agradecimiento va eliminando los pensamientos negativos.


Es real que hay una ley espiritual: cuanto más tengas y lo agradezcas, más recibirás. Ban Breathnach nos propone empezar por el suelo, y por dos meses, dedicarnos a nutrirlo. A la noche, empiezo a registrar qué me hizo estar agradecida, hoy.

lunes, 17 de enero de 2011

Balance vital


"No hay trompetas que suenen cuando tomamos decisiones importantes en nuestra vida.

El destino se da a conocer en silencio"

Agnes de Mille


Hacer un inventario de los factores positivos de mi vida. Estamos seguramente más acostumbrados a contar lo negativo en nuestra vida. Enfocarnos en eso que no podemos hacer, o tener, o ser. Cuantas veces dejamos de ver aquellas personas y cosas que nos hacen felices, y que tenemos justo frente a nuestros ojos.


E.E. Cummings decía "los ojos de mis ojos están abiertos." Si abrimos los "ojos de nuestros ojos", vamos a poder mirar nuestra vida desde otro lugar. Y agradecer lo que sí tengo (mi marido, mis hijos que ahora duermen, mi hogar, mis amigas, poder dedicarme a lo que me encanta, comida en la mesa, ese libro que me tiene atrapada, nuestro perro arruina canteros, mis sueños, mi salud, mi vida).


Para mí, el verano es cuando realmente ocupo mi casa. La miro. La vivo. La habito. Y de repente, tengo tiempo y energía para concretar proyectos postergados durante el año escolar. Sin horarios fijos, ordeno, descarto, regalo, arreglo, el verbo es acción. Sueños que se convierten en realidad.


Hay obstáculos que parece que nunca vamos a poder vencer y un día... ya no están. Y todo gracias a que nos decidimos a que ya no ocupen un lugar que no les corresponde. Puede ser talar ese árbol que no me permitía tener mi anhelada huerta, donar lo que ya no usamos, o soltar pensamientos y sentimientos que no me dejan tener la vida con la que sueño. Lo importante es hacer lugar para lo que sí elijo tener en mi vida.


"Cuando contemplé el libro de mi vida, me di cuenta que era muy afortunada" (Ban Breathnach) "mi voz interior concluyó que era imposible determinar mis ingresos netos personales a partir del saldo de mi cuenta corriente." Hagamos el balance de nuestra vida con los ojos de los ojos abiertos. Si hay cambios que realizar, empecemos. Un pequeño paso cada día.

jueves, 13 de enero de 2011

La escasez no existe


"Cuanto más simplifiquemos nuestras vidas, más plenas serán. La escasez no existe salvo en nuestras almas." (Ban Breathnach)


Las crisis económicas ponen en jaque lo mejor de nosotros mismos. De repente, lo económico sale de proporción, y nos quita energía, nos roba sueños. De a poco, nos concentramos cada día más en lo que no podemos hacer o adquirir, en vez de mirar lo que tenemos.


Hay otro tipo de crisis, como cuando estamos preocupados por un ser querido, que borran todas esas inquietudes diarias. De repente, nuestro foco se centra en este problema, y casi sin darnos cuenta, los números no rigen nuestra vida.


Es una lástima que necesitemos estos sacudones para despertarnos a lo que es realmente importante en nuestra vida. Como dice ese famoso dicho: "Nadie cuando se esta muriendo dice querría haber trabajado más..." En cambio, cuantas escenas Hollywoodenses nos traen a personas que en su despedida a sus seres queridos, se arrepienten de no haberles dedicado más presencia. Estar en el día a día de una relación, con nuestros hijos, parejas, padres, hermanos, amigos; incluso empleados y jefes. No ponernos en "piloto automático" como hace Adam Sandler en "Click", donde abusa del control remoto de su vida, y de tanto apretar fast forward en las situaciones que no lo dejan dedicarse a su ascenso profesional, termina perdiendo todo. Por suerte, se despierta, y todavía tiene otra oportunidad.


"El dinero viene y va en nuestras vidas. Lo que debería permanecer constante es la certeza de que la plenitud es patrimonio de nuestro espíritu" (Ban Breathnach). Miremos a nuestro alrededor, elijamos cómo queremos vivir cada uno de nuestros días. Para los chinos la palabra crisis quiere decir oportunidad de aprendizaje. Hoy la crisis económica es un fenómeno mundial, parece que hay una lección a aprender para cada uno de nosotros.
Vivir una vida más simple nos va a ayudar a concentrar nuestras energías en este ser querido que esta en crisis. Y si todavía no sos un ser querido para vos mismo, es momento de empezar a serlo.

miércoles, 12 de enero de 2011

Un cielo lleno de estrellas


Ningun pesimista ha descubierto nunca los secretos de las estrellas,

ni navegado a tierras inexploradas,

ni ha abierto un nuevo cielo para el espíritu humano.

Hellen Keller
¿Cómo hizo una niña ciega y sorda, en el siglo XIX, para llegar a ser escritora, oradora premiada, activista y feminista? Nunca perdió el optimismo. Tampoco lo perdió su maestra, Ann Sullivan, que aparece con ella en la foto. Tampoco lo perdieron sus padres, que se oponían a aceptar que su hija fuera "idiota" o "incapaz", que era lo que le pronosticaban a su hija Hellen. LLegaron a hablar hasta con Alexander Graham Bell y Mark Twain (referentes de la época), para ver quien podía ayudar a su hija a no quedar fuera del mundo.
En su autobiografía, Keller recopila anécdotas de cómo logro traspasar los muros de silencio y oscuridad que la envolvían, para con la ayuda de Ann, lograr comunicarse primero con su familia, y después, con el mundo. Y llegar a ser la primera persona ciega y sorda en obtener un título universitario. En la foto se la ve con la muñeca que Ann le regalo, para con suma paciencia deletrear una y otra vez la palabra "d-o-l-l" (muñeca) en la palma de su mano con golpecitos. Hasta que Hellen pudo relacionar que esos golpes eran "muñeca", y que las otras señas que Ann marcaba en su palma a la par que la mojaba con agua eran "agua". Cuando logró comprender que esas señas le permitían comunicarse con su familia, quizo aprender más, y más. Todo lo que Ann le pudo enseñar, y después, lo que el mundo tenía para ofrecerle.
Hellen Keller descubrió los sercretos de las estrellas, navegó tierras inexploradas hasta ese entonces para los que sufrían incapacidades como ella, y abrio un nuevo cielo para la humanidad: uno que nos dice que hoy, puede sucedernos algo bueno, sin importar lo que nos paso ayer. Sólo aferrarnos al pasado puede atarnos de pies y manos, y no permitirnos avanzar. Lo que pasó... pasó. Aprendamos lo que podamos aprender del pasado, y dejemos pasar el resto. Es muy peligroso manejar por la autopista de nuestras vidas, mirando sólo el espejo retrovisor. El optimismo es un hábito que se adquiere, quizas un poco más difícil de lo que se nos pega a veces el pesimismo de que "nada puede cambiar", o que "este país no me da oportunidades", o "no puedo cambiar".
Si aquella niña deshauciada por su época, pudo convertirse en una heroína de su tiempo, nosotros podemos ser los héroes y heroínas de nuestras propias historias. Se acuerdan del canto "Hoy puede ser un buen día, planteatelo así, aprovecharlo o que pase de largo depende de tí..." Serrat estaba en lo cierto: depende de mí, de cómo encaro cada cosa que me pase, hoy.

lunes, 10 de enero de 2011

Vivir cada día como si fuera el último

El esclavo Rebelde, Museo del Louvre, Paris

"Sólo cuando sabemos y comprendemos verdaderamente que nuestro tiempo sobre la tierra es limitado- y es imposible saberlo cuando nuestro tiempo se ha consumido- empezamos a vivir cada día con la máxima plenitud, como si fuera el único que tenemos." Elizabeth Kubler-Ross


"El Cielo tiene que esperar" era el título de una película en la que el protagonista volvía a la vida, porque sentía que se había muerto antes de su tiempo. Cuando llega, nuestro tiempo? Por algo la humanidad sueña con seres inmortales, que no necesitan despedirse de nada ni de nadie.


Kubler-Ross trabajaba con enfermos terminales, los acompañaba en esta etapa impensable, en la que los seres humanos se despedían de su vida terrenal. Su libro "Lecciones de Vida", nos dice que la vida es un escuela "con pruebas individuales y retos que superar". Hemos venido a aprender y a enseñar, y cuando hayamos aprendido todo lo que podemos aprender y hemos enseñado todo lo que podemos enseñar "volvemos a casa". Llama a vivir cada uno de nuestros días, y aprender varias lecciones: autenticidad, amor, de las relaciones, de la pérdida, del poder; de la culpabilidad; del tiempo; del miedo; del enfado; del juego; de la paciencia; de la rendición; del perdón, y de la felicidad.
Su lección final: "la mayoría de las personas tenemos todo lo que necesitamos para ser felices, pero no lo somos... lo que nos falta es una mayor experiencia interior... reconocer los dones y la bondad que poseemos". Cita a Miguel Angel, que sostenía que las esculturas que creaba ya estaban en el interior del mármol, que él solo quitaba con su cincel lo que sobraba, para revelar la maravillosa esencia que habia estado en su interior. Para Elizabeth (Kubler Ross) "nosotros hacemos lo mismo cuando aprendemos las lecciones de la vida: quitamos lo que sobra para revelar el maravilloso ser que hay en nuestro interior".


Cuando uno esta presente en su vida, comienza a tener revelaciones cotidianas, "ocasiones en las que podamos experimentar lo sagrado en lo ordinario". Vivir cada día, con la cabal conciencia que más allá de que haya otros días por vivir, no sera este. No sera el ahora. "Nadie se baña dos veces en el mismo río" decía Heráclito. Porque por más que vayamos todos los veranos al "mismo" río, ese ya no es el mismo en el que me bañe... recién. Abracemos el presente. Aprendamos. Enseñemos. Encontremos lo sagrado en lo cotidiano. Y a nuestro tiempo, volvamos a casa. Que si vivimos bien el hoy, no necesitaremos volver a vivirlo.

Necesidades y Deseos


"En la cadena de acontecimientos de mi vida,

nada ha sido accidental.

Todo tuvo lugar de acuerdo con una necesidad interior"

Hannah Senesh


La pirámide de Maslow nos enseña algo fundamental: hay que aprender a diferenciar mis wants (deseos) de mis needs (necesidades). Mi profesora de Economía Familiar fue categórica: No hay presupuesto familiar que pueda colmar todos los deseos de una familia. Además, nuestros deseos cambian permanentemente, gracias en parte al consumismo con el que convivimos. Para cuando adquirimos eso tan deseado ayer, hoy ya tenemos otro deseo insatisfecho.


"Si deseamos tener una vida feliz, creativa y realizada, es crucial hacer la distinción entre nuestras carencias y nuestras necesidades... solo después de tomar conciencia de nuestras necesidades interiores somos capaces de investirnos con la energía creativa necesaria para que se manifiesten en nuestras vidas" (Ban Breathnach)

No puedo conseguir todo lo que deseo; pero para estar satisfechos, necesitamos que nuestras necesidades esten cubiertas. No solo las fisiológicas (hambre, sed, un techo), sino también lo que ansiamos: contacto con otra/s persona/s; amar y ser amados; alimento espiritual y mental... Primero, hay que identificar nuestras necesidades, porque como dice Gertrude Stein "es inevitable; cuando se tiene una gran necesidad de algo, se encuentra... lo que necesitas, lo atraes" La pregunta es, entonces: ¿qué es lo que verdaderamente necesito?

domingo, 9 de enero de 2011

El Deber Ser... feliz!!!


"No hay ningún deber que más infravaloremos como el deber de ser felices"

Robert Louis Stevenson


La búsqueda de la felicidad se nos debe convertir en hábito. Para esto, hay que lograr limpiar nuestra mente de todas aquellas creencias con las que crecimos, que nos enseñaron que solo los egocéntricos egoístas andan por la vida procurandose su propia felicidad.


"Las semillas mágicas de la dicha están plantadas en lo más hondo de nuestro ser. La felicidad que el mundo no puede quitarnos sólo florece en el; jardín secreto de nuestras almas. Si cuidamos nuestro jardín interior y arrancamos de raíz las malas hierbas de las expectativas externas, estaremos alimentando nuestra auténtica felicidad de la misma forma que alimentaríamos algo que es bello y esta vivo. La felicidad es una emoción vital" (Ban Breathnach).


El "Jardín Secreto" es uno de mis libros preferidos. Al final de esta mágica historia, Mary Lennox, una huérfana recién llegada a Inglaterra desde la India, su primo enfermo y su tío viudo recuperan la felicidad, gracias a la tenacidad de los niños en recuperar un jardín secreto, que había pertenecido a la madre (y tía) fallecida. Hace unos años salió la película de la "clasica historia de un lugar donde crecen la magia, el amor y la esperanza".
Solo yo tengo la llave que puede abrir el portón de hierro hacia el jardín secreto de mi alma. Es momento de "arrancar de raíz las malas hierbas de las expectativas externas". Es momento de preparar la tierra, abonandola con aquellos pequeños placeres que me hacen feliz. Plantar nuestros sueños, y regarlos cada día con nuestros pensamientos y acciones... A su debido tiempo, nuestro jardín secreto se colmará de todo aquello que anhela nuestra alma. Nuestra vida estará colmada de nuestros proyectos, aquellos que hoy todavía nos parecen lejanos.
Los budhistas dicen que la infelicidad esta en nuestra mente. Sembremos entonces pensamientos positivos, rodeemonos todo lo que nos sea posible de experiencias y relaciones que nos hacen bien, descartemos de nuestra vida necesidades que no sean tales. Podemos nuestros pensamientos, como se poda una planta para que brote más fuerte. Y si es necesario, coloquemos un tutor para guiar nuestra mente hacia nuestros proyectos. Vale la pena ser feliz.

¿Soy feliz en este preciso momento?


"Tal vez si supieramos cuando somos felices,

sabríamos qué cosas son necesarias para nuestra propia vida"

Joanna Field, A Life of One's Own


Sabemos lo que nos hace felices, ¿no? La smujeres somos especialistas en saber qué hace felices a los demás. Si además somos madres, cuanto nos cuesta cumplir con ese viejo dicho "If Mama aint happy... ain't nobody happy!" "Si Mama no esta contenta... nadie esta contento!"... se nos enseño desde chiquitas que nuestra felicidad debía estar en hacer feliz al otro. Eso es lo que alguien "generoso" y de "buen corazón" hace.


Se lo que me hace feliz, hoy? Se me viene a la memoria esa escena de "Runaway Bride" en que Julia Roberts (la novia fugitiva) se sienta frente a cada forma posible de cocinar un huevo, a ver cual es el que le gusta a ella.


Pienso que importante es conocerse. Saber que pequeñas (y grandes) cosas me hacen feliz, hoy. Como la Sta Field hizo hace décadas, me propongo ir descubriendo cada día aquellos placeres sencillos que estan al alcance de mi mano, para poder disfrutarlos. "Consideremos nuestras preferencias personales y aprendamos a reconocer y luego abrazar momentos de felicidad que son únicamente nuestros."
La imagen es de Mary Cassatt "Young woman sewing in a garden", del Museo D'Orsay.