"Este libro, contiene 366 ensayos para cada día del año... adopta sus gentiles lecciones, animate a vivir su verdad apasionada, y comparte este regalo extraordinario con cada persona que encuentres: tu Ser Autentico es tu alma hecha visible". Mi propuesta es sencilla, compartir los ensayos de "El Encanto de la Vida Simple" de Sarah Ban Breathnach, junto con mis propias reflexiones. A quienes quieran compartir mi viaje, bienvenidos! Simple Abundancia...

sábado, 17 de diciembre de 2011

Estrellas en nuestra alma




"Tal vez uno de estos días pueda regalarme a mí misma una estrella dorada por ser normal,


y tal vez uno de estos días me regale un aestrella por ser extraordinaria... por persistir.


Y tal vez un día no necesite tener ninguna estrella"


Sue Bender



Quien no se acuerda del anhelo que provocaban las extrellas doradas en manos de las maestras? Esa certeza visible a quien quisiera verla, que eramos "buenas", "excelentes!!!!", "increíbles!", que marcaban un "buen trabajo!"... marcaban nuestro valor. Ante nuestros ojos, los de nuestras compañeras, nuestros padres, nuestros hermanos, y ante la Directora que mirara nuestro cuaderno...



Muchas estrellas doradas hablaban de nuestra habilidad. Habilidades académicas. Habilidades de conducta. Proezas. Destrezas. Certezas... Estrellas en un cuadro podían significarnos regalos, premios, asegurarnos pertenecer y ser amadas...



Realmente nos damos cuenta lo condicionada que es esta forma de amar? Te doy la estrella si haces... si te portas... si ordenas... si cumplis... si te portas bien (si, esta se repite, o no se repite tantas veces en nuestra forma de ser hijas, y ahora, de sera madres?)... si cumplis con las expectativas del afuera...



Brillantes... doradas... codiciadas... envidiadas en la carpeta de la compañera... otorgadas ya de grande, en los cuadros con los que comence mi carrera de ser mamá, copiando métodos heredados, o de moda, o recomendados por "especialistas"... hasta que crecí. Y me di cuenta q la estrella dorada es sólo otra moneda de cambio. Es comprarnos una certeza que no existe.



Nuestras Vidas son un proceso. Y en ese proceso, los aciertos tienen tanto valor, como los fracasos. Es más, muchas veces, los fracasos, las crisis, son los verdaderos éxitos. Esas oportunidades de inmenso crecimiento. Si sabemos frenar la marcha y volver sobre ese problema no resuelto. A cualquier edad. Puede ser esa suma que dio errada. Las reglas ortográficas no aprendidas. Ese idioma que tanto nos costó; pero que hoy transmitimos a nuestros hijos en la convicción que les abre puertas al mundo...



Es verdad que nuestra generación, que en su gran mayoría fue criada en este amor condicionado, tiene el desafío de aprender otra forma de amar, y de amarnos... incondicionalmente. Solo por existir. Y cuando ese amor anida en nuestros corazones, es que nos convertimos en Madres. Mujeres. Adultas. Ya no le regalamos nuestro poder a "expertos" sino que buscamos opiniones, que no valen más ni menos que las nuestras...ya no buscamos estrellas que moneticen nuestras relaciones. El valor de cada experiencia esta en vivirlas. Y después, en reflexionar sobre qué nos dejó. Honrar ese crecimiento. Y seguir adelante.



Dejemos las estrellas doradas donde corresponden... en la punta del árbol de Navidad. O mejor aún, en el Cielo...desde donde nos acompañan cada noche, cuidando nuestro sueño y segurandonos que mañana... será otro día para crecer, aprender, errar y acertar...



lunes, 12 de diciembre de 2011

Los doce días de la Navidad








Este fin de semana, quede aturdida con la ofertas para Navidad. Hojas y hojas dedicadas a convencerme de comprar este juguete, aquellos zapatos, esta mochila, aquel jueguito electrónico... y así hasta el infinito. Mientras, disfrutamos de un fin de semana largo, en familia. En otro momento, hubiera mirado atentamente las publicidades, igual de segura que mis hijos, que la plata haría nuestra felicidad... hasta que el auto a control remoto no anduviera, que el muñequito hecho en China ya no disparara "lasers", y los juguetes se amontonaran en el cajon de juguetes.



Ya no...


Pero todavía siento la necesidad de algo más. Además de la quietud, busco conexión. Busco estar presente, en estos cierres de ciclos de mi familia. El mayor que terminó su Primaria. El segundo terminó Tercer Grado, cerro asi su Primer Ciclo de Primaria. Nuestro tercer hijo esta terminando su Primer Grado, y se prepara para festejar anticipadamente su cumpleaños. Y nuestro menor ya termina Kinder 3... Y cada etapa que termina, abre paso a una nueva... y eso conlleva dolor. El dolor de dejar atrás parte de nuestra identidad. Hasta hace muy poco, yo me definía como una Mamá en Casa, con Hijos Pequeños. Mi actividad muy unida a la de ellos, horarios conjugados al extremo.



A principio de este año, mi hijo menor empezó su jardín de infantes, y eso me regalaba tardes "libres", sin culpa... Pero tambien, trajo una casa sin ruido por unas horas. Ya no hay bebes durmiendo siestas, que también me obligaba a parar mi propia marcha. Ya no hay mamaderas, ni pañales...Las noches de poco sueño, ya no son porque alguien llora, sino porque estoy con la cabeza ocupada con mi trabajo.


Con esta certeza que el tiempo pasa, es que decido frenar casi totalmente mi marcha. Elijo quedarme con mis hijos, volver por un ratito a ser esa Mama no ocupada. Regalarme esquivar las compras freneticas, y empezar a disfrutar de la Navidad. Mire detenidamente nuestro calendario, y saque actividades que no me iban a dejar un saldo favorable en nuestra cuenta Familiar. Hoy empiezan los Doce días antes de la Navidad...y elijo regalarles lo que Sarah tiene razón, anhelo regalarles a mis seres queridos:




En el primer día de las Navidades regalé a mis seres queridos:

toda mi atención.


En el segundo día de las Navidades regalé a mis seres queridos:

entusiasmo.

En el tercer día de las Navidades regalé a mis seres queridos:

energía creativa.


En el cuarto día de las Navidades regalé a mis seres queridos:

pequeños placeres cotidianos.

En el quinto día de las Navidades regalé a mis seres queridos:

ternura.

En el sexto día de las Navidades regalé a mis seres queridos:

alegría.

En el séptimo día de las Navidades regalé a mis seres queridos:

belleza.

En el octavo día de las Navidades regalé a mis seres queridos:

comunicación.

En el noveno día de las navidades regalé a mis seres queridos:

sopresa.

En el décimo día de las Navidades regalé a mis seres queridos:

maravilla.

En el undécimo día de las navidades regalé a mis seres queridos:

un entorno pacífico.

En el duodécimo día de las Navidades regalé a mis seres queridos:

gozo.


Si les damos a nuestros seres queridos los regalos de una vida simple, recibiremos a su vez regalos que no olvidaremos: sonrisas felices y corazones contentos... y no vamos a querer cambiarlos, por nada en el Mundo. Felices 12 días antes de la Navidad...

viernes, 9 de diciembre de 2011

Los regalos de la Navidad



Episodio de "The Middle"...¿o nuestra Navidad de años anteriores?




Una Navidad no es Navidad sin regalos

Jo March (Mujercitas)




En un mundo que cada vez gira más rápido, Diciembre nos trae una elección. Vamos a elegir subirnos a la loca calesita de las compras, pendientes de la larguísima lista de regalos, despedidas de año, reuniones sociales, etc etc etc... o podemos escuchar a nuestros cansados cuerpos y alegres almas, que nos reclaman nuestros propios regalos de Navidad.... Paz.... Amor... Fe... Confianza... Solidaridad...Tiempo de Familia... empezar a cerrar el año.



Hace varios años hablo de vivir una "Navidad Diferente". Cuando empece a acuñar esta frase, buscaba bajar la pila de regalos sobre los zapatos de mis hijos...Como mi amiga Isabel se reía, no lo lograba, y terminaba a las 5 de la mañana, contabilizando que cada uno tuviera la "justa" cantidad de regalos... Diciembre se habia convertido en un agote. Las preparaciones empezaron a perder su significado. Las cookies eran cada vez más sofisticadas; pero no me daban la alegría que me dio prepararla con mis hijos y sobrinas...la comida era elaborada; pero yo estaba tan cansada que ni ganas de comerla tenía...



A veces, uno debe tropezar varias veces con la misma piedra, hasta que nos damos cuenta que podemos elegir otro camino. Y como todo lo que vale la pena vivir, requiere compromiso de nuestra parte. Este año logre finalmente armar mi propia lista de regalos, para mí. Para mi familia. Este año quiero Tiempo. Elijo quedarme en casa, y ver a mis hijos empezar a disfrutar de sus merecidos descansos. Elijo yo misma empezar a descansar. Registro que es Diciembre, que en pocos días comienza el Verano. Miro el calendario de adviento que mis hijos hicieron, y los animo a ir sacando las etiquetas que simbolizan cada día... elegimos no dar caramelos, ni "regalitos" con cada ventanita, ya tenemos lo suficiente...quizas sí, podríamos regalarnos tiempo de jugar, no apurado...atras van quedando las corridas de las mañanas para "Llegar"... llegar al colegio, llegar al trabajo, llegar a las reuniones...



El otro día un padre se quejaba que hiciera lo que hiciera, siempre estaba "tarde" para algo. Si uno esta aca, elige no estar alla... y el Mundo nos reclama...No vamos a poder contentar a todos, así que por qué no elegimos contentar a quien sí podríamos saber exactamente qué necesita? Nosotros mismos...escuchemos a nuestras almas, mientras nos reclaman quietud, recogimiento, "guardarnos", reflexionar, "cerrar"...



Mi hijo mayor terminó la Primaria. Como dijo la Directora (gracias, sus palabras calaron hondo en mi alma, y dejaron para siempre su huella), cada ciclo que termina, abre un nuevo ciclo, que comienza... Mi hijo, con la sabiduría de sus 11 años, festejó su cierre de ciclo... vinieron sus amigos, rompio las carpetas, guardo lo que quería guardar, y solto lo demás...Su arduo trabajo de todo el año escolar se vio premiado con un boletín que le asegura 3 meses de vacaciones... y en estos dos días, juro que lo veo relajarse ante mis ojos... ya dejo atrás las exigencias del afuera, y esta listo para DISFRUTAR...



Nosotros, los adultos, no tenemos ese calendario en blanco por delante. Reconozco nuestros compromisos reales, no los que vienen de no saber decir NO. Antes que nada, reconozco el compromiso hecho conmigo misma, de cerrar este año de inmenso crecimiento, como lo hace mi hijo maestro: comienza mi tiempo de empezar a soltar lo que no se hizo, abrazar lo que sí, mirarme fijo al alma, y ver donde estoy, hoy. Renuncio a corridas. Renuncio a los descuentos por pagos con tarjetas que sólo mienten, haciendonos creer que podemos comprar ilimitadamente...Renuncio a shoppings abiertos hasta la medianoche, abarrotados de seres intentando tachar ese último item en su larguisima lista de regalos...renuncio a pilas de regalos para mis hijos, que solo les crean la necesidad de MAS...hagan el intento, y preguntenles a sus hijos que recibieron la Navidad pasada. Si se acuerdan, si atesoraron ese regalo, logramos enseñarles a desear, y apreciar lo deseado cuando llega. Si ni se acuerdan, o lo hacen vagamente, es señal de alerta, hemos aumentado sus falsas necesidades, comprandoles cosas innecesarias, escudados en un falso "Papa Noel", que cubría nuestras propias necesidades insatisfechas.



En este cierre de 2011, elijo reunirme pocas veces; pero estando presente en cada uno de esos encuentros. Sea con amigos, colegas, familia...Elijo empezar a dejar de hacer todo aquello que pueda dejar de hacer..


Dicen que para recibir un regalo, nuestras manos deben estar libres, vacías... Nos propongo empezar a vaciarnos de lo que ya no sirve, para abrazar con las dos manos abiertas, el regalo de empezar un nuevo ciclo...y los dejo con las palabras de Agus, la Directora de mi hijo: "Elijamos reemplazar la Incertidumbre que acompaña a una nueva etapa de vida, por otra palabra que también empieza con "i": ILUSION...."